Silvia Miguens

Me resulta raro esto de que queda en primer lugar lo último escrito...es como empezar por el final...o algo así. Aunque final tampoco es... porque los finales no existen, solo existe una parcial definición previa al día siguiente...

Me aconseja mi editor, Javier Montoya, que publique un blog. Me seduce la idea, Es importante para todo escritor, para mí seguramente, ser leído. Fundamentalmente ser leído...eso significa ni más ni menos que poder compartir lo escrito, lo pensado, lo reflexionado, lo pergeñado, lo jugado... Sabemos que las editoriales no siempre se hacen eco de este buen deseo. Editan, publican y si no venden lo imaginado...saldan. Un escritor apenas conocido, me confió una vez: -Yo escribo saldos... Cruel idea...cruel y certera idea. Claro que no se si entiendo bien, como es esto del blog. Que entradas van a quedar al frente o primero, cuánto puedo publicar si caben mis libros completos. Algo así, diría, como 'mis obras completas', que raro suena... Lo intentaré, repito, a fin de compartir...no se si transmitir, sino compartir mis juegos con el/la que quiera jugar...

Nací en Buenos Aires, exactamente en Lomas de Zamora, en casa de mis abuelos maternos, en la cama de mis padres. Siempre ansiosa no di tiempo a mi madre a llegar a una clínica o a un hospital. Apenas si concedí el tiempo justo para que llegara la comadrona que con la ayuda de mi abuela Petrona, y claro que la de mi madre, Nilda, me trajeron al mundo. Al otro lado de la puerta, como en las películas, imagino a mi padre, Mario, fumando inquieto, y a mi abuelo Salvador que según dicen, como se acostumbraba por esos tiempos en esos casos, dijo: 'Llora mucho seguro que es chancleta...'. Tenía razón lloro mucho desde entonces. Pero nunca supe por qué diría que era chancleta...qué significaba, como se relaciona el ser mujer o hembrita con el ser una chancleta...En fin tal vez esa palabra tiene un significado que aun no conozco. Seguramente también lloraba mi hermano Guillermo, o se preparaba para llorar, pues apenas tenía tres años. En esa casa vivimos apenas un mes más, luego mis pad