Resignificación de la mujer intelectual a través de la reescritura femenina. La identidad autoral de la mujer de letras: Manso, una voz actual en ¡Cómo se atreve! de Silvia Miguens. por Norma Beatriz Martinez



Universidad Nacional del Nordeste Argentino
Facultad de Humanidades
Departamento de Letras




Resignificación de la mujer intelectual a través de la reescritura femenina. La identidad autoral de la mujer de letras: Manso, una voz actual en ¡Cómo se atreve! de Silvia Miguens.




Jornadas de Literatura e investigación







2019


Índice

Introducción: Fundamentación

Sobre el discurso y la identidad con autoría
La autoría intelectual compartida como una reescritura binaria: Muestra de la primera persona del singular extendida a la pluralidad autoral.

Sobre los espacios de las intelectuales: de lo público a lo privado
Intimidad de las cartas: La subjetividad de una intelectual atrevida del siglo XIX en boca de una intelectual en el XXI. 
Masculinización de la palabra: la objetividad como estrategia de empoderamiento de las iguales.

Conclusión.

Bibliografía.
















 “Una mujer pensadora es un escándalo....
Y usted ha escandalizado a toda la raza”

 15 de octubre de 1867
Carta a Juana Manso recopilada en Domingo Faustino Sarmiento.
Epistolario íntimo. (1963): Selección, prólogo y notas de Bernardo González Arrili,
 Tomo II, Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentina, p. 73.

Fundamentación
El título asignado es Resignificación de la mujer intelectual a través de la reescritura femenina. La identidad autoral de la mujer de letras: Manso, una voz actual en ¡Cómo se atreve! de Silvia Miguens. La temática de la resignificación de la identidad de la mujer intelectual a través del estudio de ciertas marcas en el discurso epistolar será la muestra de mi línea argumentar en este escrito. También se ha considerado relevante para el análisis los aportes de la nota a la nueva edición, que ha escrito la escritora, ya que, para hablar de autoría e identidad, en esta novela de voces se evidencia una autoría compartida. Este planteamiento abre el diálogo para el estudio de una categoría que moviliza esta investigación: la identidad autoral de la mujer intelectual. 

Los objetivos que se pretenden alcanzar con esta indagación serán:

Objetivo general:  
Reflexionar sobre las marcas de la enunciación en el discurso ficcional-epistolar que permiten descentralizar los estereotipos y/o roles de la mujer intelectual durante el siglo XIX.

Objetivo específico:  
Valorar el discurso epistolar como fuente primaria de acceso a la identidad intelectual femenina.

De acuerdo con los objetivos propuestos se intentará comprobar la siguiente hipótesis: La nueva novela histórica logra la resignificación de la identidad intelectual femenina oculta durante el siglo XX. La recuperación de la actividad escrituraria de las mujeres de letras del XIX es el resultado de una ficcionalización comprometida por la autoría femenina del XXI que apela a la equidad.
Vale mencionar que no se puede analizar la totalidad de las cartas enunciadas por el personaje de Juana Paula Manso. Es por ello que a modo de muestra se eligió una de ellas. La novela presenta una intertextualidad discursiva, que invita al lector a hurgar en la interioridad de una escritura en primera persona, privada e intimista. Es verdad, que los fragmentos seleccionados darán cuenta de una selección subjetiva. Al fin y al cabo, mostrarán la relación entre la protagonista antes mencionada, con otros personajes y con la autora de la novela. Particularmente se pondrán en diálogo diversas voces y se analizarán cómo operan cada una en el discurso. Con cada muestra se pretenderá descubrir el proceso de reconfiguración de la mujer intelectual que tomando la autoría escritural se construye como Juana Paula Manso.
En efecto, este trabajo pretenderá poner la mirada en las cartas escritas por el personaje de Juana, protagonista de la novela. Es de real importancia comprender cómo Miguens logra dotar su obra con una fuerte carga verosímil, provocando en el lector una suerte de veracidad de lo dicho y lo oculto. Con ello se espera encontrar el denominador común que moviliza el accionar intelectual femenino durante el contexto de la época. Comprender dicha cuestión implicará el reconocimiento de una identidad negada por diversos factores, que influyeron en la resignificación de la identidad de una mujer de letras en el siglo XXI.
De manera análoga, el análisis e interpretación de las cartas nos acercan a una Juana Manso en el plano de lo privado, porque a diferencia de otras féminas, ella logra consagrar su voz, escritura y cuerpo públicamente atreviéndose, como muchos lo han afirmado, a atravesar límites no permitidos para su época. La protagonista se define en primera persona, pero también en momentos se manifiesta en tercera persona. De este modo, hurga en las múltiples voces inaugurando un diálogo que da cuenta de todas sus iguales.
Es así que, en esta oportunidad pensando en la categoría de análisis ofrecida, podemos aseverar que toda puesta en texto da cuenta de una revelación de la identidad. Particularmente, con el personaje de Manso nos acercaremos a un prototipo de mujer intelectual que ha asumido las consecuencias de la autoría de sus palabras, que ha revestido su discurso con precisión, lucha y compromiso por la equidad.
Por otra parte, mediante la lectura y reflexión de las cartas se dará cuenta de aquellas marcas en la enunciación que transmiten un mensaje cargado de significación y subjetividad, no dicho en otro tiempo por diversas razones, por ejemplo: por la herencia del patriarcado, por haber nacido con un sexo y no otro, se han puesto en una situación de desventaja en la historia argentina. Al leer las cartas, que constituyen una de las fuentes principales de estudio en este trabajo, nos acercaremos a un modo de recupero de la identidad desde diversas aristas que invitan a la reflexión. Solo por mencionar algunas: como mujer intelectual en el contexto del siglo XIX con un rol heredado por su género y/o asignada por el medio o por sus idénticas, como mujer desposada y/o abandonada, como luchadora incansable por los derechos de la mujer, como autora y coautora de un ideal educativo, como escritora no remunerada, y como portadora de una bandera de género.
Con el fin de estudiar la categoría antes mencionada, se pensó en un enfoque o marco teórico en concordancia con la propuesta bibliográfica de la cátedra de Seminario. En efecto, desde la Sociocrítica en combinación con ciertos lineamientos de la teoría feminista. Ambos aportes son considerados columna vertebral en la comprensión de la nueva novela histórica y para esta investigación. Los estudios de género o teoría de género inauguran un campo de posibilidades para el análisis de la novelística de mujeres con autoría femenina.
De este modo, se abordará la categoría identidad desde las nociones expuestas por Celia Amorós (2006) donde se descentralizan los términos “igualdad” e “identidad”. Es relevante su aporte para nuestra investigación, al inaugurar un campo de posibilidades para el análisis de la categoría identidad: “Por espacio de los iguales no entendemos aquí espacio igualitario como ámbito en que el poder sería distribuido de forma equitativa, con las connotaciones éticas y valorativas (…) considerándose los titulares legítimos del contrato social” (2006, p. 98) sostiene la misma autora, que esto se debe a las particularidades de dos postulados, “En el hombre, lo esencial es lo esencial, y, en consecuencia, todos los hombres serán siempre iguales unos a otros. En la mujer, en cambio, lo accidental es lo esencial y, por lo tanto, siempre será una diversidad inagotable y nunca jamás habrá dos mujeres iguales” (2006, p. 100).
Después de plantear estos dos polos de poder y dominación, nos replanteamos ¿Cuál será el lugar que ocupará la mujer intelectual? ¿Cuál le conviene? O más bien, ¿A cuál de ellos pretendió acceder Manso? Es evidente que para el contexto del XIX está aprobado el espacio de las “idénticas”, como lo menciona Amorós, pero no todas las féminas de luces y letras pretendieron ocupar ese puesto. Es por ello que “La mujer de otro tiempo  se resiste al encierro y a la domesticación: escribe, polemiza, interviene en el debate cultural”. Las marcas en el discurso nos permitirán descubrir cómo Juana Paula ha desafiado a los estereotipos de la época, desaprobación por su propio género, temor por parte de sus más próximos y olvido por parte de su propia tierra. Pero Manso no se detuvo como una idéntica más, se atrevió, puso alma, cuerpo, honor y nombre en cada accionar de su pluma en lo privado y lo público. Es así como “El uso del nombre propio denota aquí el acceso al estatus de poder como ámbito de los pares discernibles.” (2006, p. 104) 
Del mismo modo, plantea López Rodríguez, Rosana (2007) que si no existe “una fortuna familiar previa que garantice una práctica independiente de la escritura la conciliación entre vida y literatura resulta precaria”. (p. 5)  Para comprender la falta de identidad dada a las mujeres intelectuales, la autora propone estudiarlas desde diversos enfoques “tres grandes grupos: la escondida (por anonimato, seudónimo o falta de publicidad), la exhibida (con reivindicación de propiedad sobre los textos) y, por último, la intervenida (por un mediador que deja su impronta en el texto de la escritora), la actividad de Manso estaría cada vez más comprometida con un programa social y partidario que con un proyecto literario individual, aun cuando la cuestión central del fracaso de Manso es su impudicia”. (p. 7) 
La propuesta narrativa de la Miguens, no solo consistió en darle voz a quien no la tuvo en su tiempo, sino que implicó el inicio de una reivindicación imperante sobre el accionar escriturario femenino. Es así como esta autora se consagrará como una de las muchas escritoras que inauguran un proceso de resignificación de sus pares ilustradas. La riqueza que impera en la propuesta de Miguens es la evidente verosimilitud que crea en las cartas escritas en primera persona por quien se traduce como “una atrevida” de su tiempo. Es así, como Manso logra poner su acento y su pensamiento de lucha por la equidad, pensándose y pensando a las mujeres intelectuales como un tipo diferente, con otra educación y otras posibilidades imprescindibles para “pensar el proyecto nacional equivalente para ambos géneros”.
Por otra parte, la obra como hecho social es el resultado de la relación entre la totalidad y sus partes. Pensar en el siglo XIX, es reflexionar sobre el pensamiento masculino, en la voz imperante del patriarcado arraigado en todos los niveles y ámbitos públicos. La escritura de Manso y la reescritura de Miguens revelan múltiples mecanismos del poder y dominación de lo varonil sobre lo femenino, evidenciando cómo ejercen presión en la configuración y reconfiguración de la mujer. Aquellas voces escondidas por el discurso hegemónico, puntualmente aquellas que desafiaron el discurso patriarcal, serán consideradas en este análisis como un insumo de investigación pertinente cuando dialoguen a la luz de los lineamientos de la teoría de género.
Del mismo modo, la identidad desde las nociones expuestas por Celia Amorós (2006) apelan al carácter representativo de las intelectuales desde una mirada de género: “… las identidades, es decir, el modo en que las posiciones de genérico sexuales de los cuerpos se entrelazan con todo un apartado discursivo de significación y valor que modela culturalmente las imágenes de lo masculino y lo femenino”. (2002, p. 95-96) Esto se debe a las particularidades de sus postulados. Por lo tanto, la crítica feminista emplea una variedad de estilos y ángulos disciplinarios con el objeto de dar a conocer nuevas “formar de decir” y de significar.  
Con el fin de alcanzar los objetivos de este trabajo se pensó en una metodología de trabajo que acompañara la actividad de análisis. Se iniciará con la lectura e interpretación de la nota de autor y las cartas escritas por el personaje de Juana Paula Manso y mediante la rescritura que hace la autora sobre las vivencias de la educadora, al recuperar la palabra negada y silenciada por el discurso hegemónico del siglo XIX.
Posteriormente, se trabajará sobre los lineamientos propuestos por Benveniste sobre la deixis en el análisis del discurso y ciertas marcas en el discurso que dan evidencia de la construcción de la identidad (subjetivemas). Por esta razón, resultan convenientes ciertos aportes sobre los estudios del análisis del discurso. Los mismos nos aportarán herramientas para comprender cierta presencia de autor a través de la enunciación inclusiva en el discurso epistolar. De este modo, repensar la identidad de la mujer intelectual en el siglo XIX será una oportunidad para reflexionar sobre la modalidad de escritura y autoría femenina en el XXI, hallando así una suerte de identificación generosa en el relato. 
Por otra parte, es necesario comprender el terreno en el que nos vamos a situar para iniciar el recorrido de investigación. Es decir, se darán a conocer aspectos generales sobre el Estado de la cuestión. En esta oportunidad, se hará mención sobre la categoría identidad y autoría trascriptas como mediadoras para alcanzar el objetivo planteado al principio.  
Por consiguiente, pensando en las categorías antes mencionadas, en la narrativa de mujeres intelectuales existe una fuerte necesidad, que bien lo demuestra Miguens, por recuperar la palabra negada. Para ello, vale la pena repensar el término autor como transcriptor y/o re significador.
Según Oscar Tacca (1973, p. 35) “Todo libro pertenece, en principio, a un autor. Él [ella] es, en primer lugar, quien da la cara y asume la palabra, la autoría”. Juana Paula se redefine en la escritura, Miguens se identifica en el discurso de Manso y ambas comparten la autoría. No debemos olvidar que en la toma de la voz también están definidos los otros, las otras, sus opuestos y sus iguales. Aquí la autoría ya no será ajena, será recuperada.
Por otra parte, la identidad de mujer intelectual podría pensarse desde ese lugar de autor transcriptor, que en la novela histórica habilita la voz y el estudio de la identidad femenina. “Este autor-editor o transcriptor comprende una variada gama de relatos, que podrían ordenarse respondiendo a una doble coordenada” (Tacca, 1973, p. 38), desde la forma epistolar de las novelas como lo ha hecho Manso, hasta aquellos en que el autor se presenta como editor de unos papales o fragmentos; y desde los que han sido sólo objeto de copia fiel y cuidadosa edición, como lo ha hecho Miguens. Finalmente, llegamos a la conclusión que la autoría de la mujer intelectual en el siglo XXI será un complejo reencuentro entre memorias y vivencias compartidas e intervenidas, no ya por hombres, sino por otra igual que toma la voz de otra similar y la conjuga en la nueva novela histórica con aire de recupero y liberación.
Ahora bien, si deliberamos el porqué y el cómo de esta modalidad de escritura o reescritura con el fin de sacar del silencio a una mujer intelectual podremos reflexionar sobre los recursos que emplea Miguens para lograrlo. Es así que desde el afán de objetividad y de verosimilitud, se acerca y se distancia, creando cierta imparcialidad que apela a la credibilidad de lo narrado. 
La reconfiguración de la identidad de la autoría intelectual femenina se conjuga en una configuración polifónica, donde la voz en primera persona atribuida al personaje de Manso, representa a todas las mujeres intelectuales. A esta autoría, que para nada es parcial, se suman las voces negadas de todas las féminas.
Sin embargo, en la novela epistolar es probable la autonomía de la palabra de los personajes, pero el autor, implícita o explícitamente niega su autoría presentándose como un editor, compilador o redactor. (Tacca, 1973, p. 41) La riqueza de nuestra obra en cuestión es cómo se consigue una fusión entre autor, narrador y lector. La escritura de las cartas abandonará su aspecto nomológico para dar lugar a un diálogo colectivo e instrumental. Será en este entramado comunicacional y dialógico donde se gestará y definirá la identidad intelectual de las mujeres.  
Continuando con esta aproximación metodológica y teórica de la identidad autoral vale mencionar que, en la novela epistolar se tiene entendido que el relato es asumido por un personaje. Pero este entrañará una limitación del punto de vista e invitará a un juego de silencios con diversos tiempos que tendrán diversos correlatos. Por un lado, el momento de producción y por otro, el de recepción. En la narrativa de Miguens esto logrará fusionarse al ser, el contenido y la voz asumida como autor transcriptor, tan actual como la lucha y su espíritu de denuncia por el recupero ideológico de todos sus iguales. En fin, logramos percibir una suerte de redefinición de la identidad autoral femenina, que emplea estratégicamente la voz de una mujer intelectual para dar cuenta, la voz de todas las académicas olvidadas por el modelo hegemónico contractual.
Tacca (1973) manifiesta que la novela nunca es verosímil: juega con la verosimilitud (p. 62) y de alguna manera las cartas son empleadas como un recurso escriturario para repensar en la reconfiguración y reconstrucción del pasado. Es por ello, que al reflexionar sobre la categoría de mujer intelectual no podemos dejar de pensar en la pluma de autor. Una autora toma la palabra y la resignifica estratégicamente mediante el empleo de la primera persona. Manso juega irónicamente con los roles y por momentos cambia de género para dar a conocer las voces que parecieran no dichas en el discurso epistolar, pero que sí aparecen y es el mismo personaje que las incorpora. Esa es la riqueza escrituraria de las cartas, la polifónica reconfiguración femenina de la identidad intelectual colectiva, que no niega la presencia de los “otros” sino que los pone en discurso y dialoga con ellos.
Lo antes dicho nos invita a repensar sobre el estado de la cuestión del término identidad autoral como categoría de análisis. Para ello, se tuvo en cuenta los aportes teóricos de Rossana Reguillo (2000). Ésta realiza un planteamiento minucioso y abierto sobre la identidad asumida por un sujeto que se ajusta al estudio de nuestro objeto. Es por ello, sostiene Reguillo, que para reconfigurar la identidad implicará un proceso de identificación y un proceso de diferenciación, lo que implica necesariamente una tarea de construcción, la identidad se construye en interacción (desnivelada) con los otros, los iguales y los diferentes. La identidad instaura su propia alteridad. (Reguillo, 2000, p.78)
La anterior reflexión se une al aporte de Stuart Hall (2003) siempre que pensemos en el término identidad se ponen en conocimiento otras identidades de las cuales nos apropiamos para obtener una propia. En el lenguaje del sentido común, la identificación se construye sobre la base del reconocimiento de algún origen común o unas características compartidas con otra persona. (2003, p. 15). Está en los sujetos decidir hasta dónde permitir la influencia de otras identidades en la suya, cancelar unas y optar por otras. La identidad es un concepto de este tipo, que funciona «bajo borradura» en el intervalo entre inversión y surgimiento. (Hall, 2003, p. 14)
Las identidades se construyen dentro del discurso y no fuera de él. Es por ello que Miguens logra dar voz en la novela a quien no la tuvo en el siglo XX. A su vez, ella misma logra estratégicamente ponerse en el relato como una igual. Las identidades, en consecuencia, se constituyen dentro de la representación y no fuera de ella. Las identidades se construyen a través de la diferencia sólo puede construirse a través de la relación con el Otro, la relación con lo que él no es, con lo que justamente le falta, con lo que se ha denominado su afuera constitutivo Derrida (1981, p, 45).
Hall (2003) manifiesta que las identidades son puntos de adhesión temporarios donde las posiciones subjetivas que nos construyen las prácticas discursivas son el resultado de una articulación o encadenamiento exitoso del sujeto en el flujo del discurso. Lo más valioso de la narrativa de Miguens radica en la apertura a la comunicación y la identificación autoral intelectual, donde la relación con el yo (narrador personaje de Manso) se constituye en el reconocimiento de las demás voces implícitas y explicitas en las cartas.
Por último, a través del aporte teórico de Laclau (1990) podemos sostener que la identidad de la mujer intelectual logra afirmarse sólo demostrando que la constitución de una identidad siempre se basa en la exclusión de algo y el establecimiento de una jerarquía violenta entre los dos polos resultantes: hombre / mujer…” (p. 33) pero que jamás quedarán ocultas porque existen manos de autoras comprometidas en liberar el encarcelamiento de las voces e identidades ocultas en el siglo XX. 












Sobre el discurso y la identidad con autoría
La autoría intelectual compartida como una reescritura binaria: Muestra de la primera persona del singular extendida a la pluralidad autoral

Es paradójico cómo una mujer le puede otorgar la voz a otra mujer en el actual siglo, donde el discurso se fusiona a partir de la multiplicidad de tantas voces. Estas logran conjugarse en la nueva novela histórica con un único objetivo: salirse del hostigamiento patriarcal.

Hoy nos convoca un análisis que apela al recupero de la identidad de la mujer intelectual en el siglo XIX. Aquella época plagada de producción femenina que a principios del XX fue silenciada a costa de crear un modelo de nación homogéneo, europeísta y netamente masculinizado. “Era necesario callarlas por la integridad del país”, esta frase tan emblemática, tan presente en el discurso hegemónico y tan trascrito en la generación del veinte. El dilema surge luego, y me pregunto ¿Por qué silenciarlas? Pienso que, en medio de tantos discursos con aspiraciones de verdad, la mayoría con autoría masculina, estuvieron teñidos por una voz femenina. Si la única verdad estaba representada por la pluma de los hombres ¿Por qué temían a la producción escrituraria de mujeres? o ¿Por qué asumían la autoría de tantas narrativas escritas por mujeres como si fueran suyas? Podríamos reconocer cómo el personaje de Manso emplea esta misma estrategia:

“… yo, Juana Paula Manso, he sido el único hombre entre cuatro millones y medio de habitantes, capaz de comprender su obra de educación (…) puede ser que me les parezca de algún modo…” (2011, p. 19) 

A luz de nuestro período histórico y con las nuevas oportunidades de legitimidad de la autoría femenina con nombre y apellido, tenemos a Silvia Miguens como autora y coautora de la vida autoral de Juana Manso. Sí, es una fémina que da lugar a otra y toma partido conjuntamente con ésta para desbaratar el derrotero de un imaginario oculto.

Cuando leemos las cartas en primera persona narradas por el personaje de Manso, hallamos la presencia de la autora. Aunque entrecruzada entre diversas marcas discursivas, el tono y estilo evidencian un relato compartido y asumido como propio desde una autoría instrumental a modo de traductor de vida, afirma Miguens en su nota para la nueva edición:

“Juana Paula pudiera vivir, de mi mano, algunos sencillos momentos tal vez reparadores.” (2011, p. 12) 

Lo novedoso es detectar cómo desde la nota a la nueva edición la autoría será compartida. Miguens asume el compromiso de mostrar la reconfiguración de la identidad intelectual de una igual desde el discurso de la novela:

“A mi manera, (…) intento rescatarla un poco de aquel olvido histórico (…) con el íntimo deseo de compensarla por el maltrato recibido, por el dolor y la soledad que le tocó vivir entre los hombres y las mujeres de su época. Desde este pequeño espacio de poder que permite ejercer la novela, se puede hacer mucho.” (2011, p. 11) 

Al igual que Miguens pienso que el silenciamiento de una mujer intelectual como Manso no fue casual. Es por ello, que siente que, a través de la reconstrucción de fragmentos, con huella de historia reservada para los adentros, esta mujer, su igual en tantos aspectos, merece ser escuchada y leída. A partir de la reescritura y el acercamiento a la primera persona por medio de las cartas de Juana podemos detectar cómo se moldea el ideal intelectual femenino:

“Quienes pretendemos rever algunas de esas versiones y rescatar a las mujeres del histórico oscurantismo debemos buscar entre líneas, en cartas y, tristemente, conjeturar la vida de las mujeres…” (2011, p. 14)

Por sobre todas las cosas, lo valioso de la obra de Miguens no es solo conocer la vida misma de Manso. La raíz de su riqueza ésta plagada en un discurso polifónicamente abierto. Este complejo entretejido de miradas y perspectivas que se conjugan en el discurso novela y epistolar, dando lugar al destinatario a corresponder a nuevos sentidos:

“Aunque la novela no pretende ser sino un disparador y sacar a la luz a Juana Paula Manso, me parece imprescindible seguir provocando la inquietud en los lectores, mujeres y hombres, de buscar más allá del personaje de la novela.” (2011, p. 11) 

No solo la autoría intelectual pareciera ser compartida sino la actualidad de los hechos narrados por Manso a los que Miguens asienta como permanentes, lamentablemente, en el tiempo. Por tal motivo, esta novela es tan histórica como actual. Desde una mirada de género comprometida por la búsqueda de la resignificación de la mujer, y más aún, por la identidad de una mujer intelectual, una mujer que se atreve a pensar:

“Todavía existen la esclavitud, el racismo, el culto a la mujer objeto, el trabajo mal rentado, el abuso o acoso moral y sexual.” (2011, p. 15) 


Sobre los espacios de las intelectuales: de lo público a lo privado
Intimidad de las cartas: La subjetividad de una intelectual atrevida del siglo XIX en boca de una intelectual en el XXI

Si pensamos en el género epistolar, pensamos en una escritura privada, íntima y legítima. Miguens recupera la voz con autoría femenina a través del personaje de Manso, mediante el empleo de la primera persona. El objetivo de Juana se iguala, en mayor o menor medida, a la de la autora. Son mujeres que definen su identidad de la única forma que saben hacerlo, que levantan la voz por todas sus iguales, mediante el discurso. Son el reflejo de las intelectuales del XIX y del XXI. Dos siglos se conjugan bajo un mismo canto y un mismo fin: la reivindicación y reconocimiento de la actividad intelectual femenina:

“Todos mis esfuerzos serán consagrados a la ilustración de mis compatriotas y tendrán como único propósito emanciparlas de las preocupaciones torpes y añejas que les prohíben hasta hacer uso de su inteligencia, manejando su libertad y hasta sus conciencias…” (2011, p. 260) 
El mismo Sarmiento ha sostenido que una mujer que piensa es un escándalo. Estas palabras no son arbitrarias en la novela, tampoco sirven de adorno a este trabajo. Existe una consciencia de autor que la incorpora en el discurso con el único fin de poner en diálogo a una mujer intelectual a la par de otro intelectual. El maestro por excelencia y la educadora intelectual dialogan entre líneas. En el discurso se los muestra como iguales, tomando la palabra. Miguens no ha pretendido una suerte de soliloquios, en su lugar de autora. Nuestro siglo es dialógico y consensual, o apela a serlo y así lo plasma la autora.
 
Masculinización de la palabra: la objetividad como estrategia de empoderamiento de las iguales

En las líneas expuestas por Juana Paula se evidencia cierto distanciamiento con su género. Pienso, que no es porque está en contra de ello, más bien, como buena estratega, masculiniza su léxico como herramienta de poder para llegar a los otros. Del mismo modo, Miguens se vale de esta instrumentalización de la palabra para mostrar la doble cara, que también podía asumir la escritura de la mujer intelectual, como una académica más de su tiempo. En las siguientes líneas se deja en claro el posicionamiento de los hombres sobre las mujeres. Manso ridiculiza este arcaico modo de ver el mundo y las oportunidades de vida para ambos géneros:

“¿Emancipar a la mujer? (…) Pero si reconocemos en ella que Dios le dio una voluntad, que la hizo libre como a nosotros, los hombres; que le dio un alma compuesta de las mismas facultades morales e intelectuales que a nosotros, hombres, ¡entonces la habremos hecho bonita! ...” (2011, p. 33) 

Distanciamiento discursivo del personaje de Manso. Empleo del posesivo “su” en vez de “nuestro”. Posicionamiento masculinizado de la autoría femenina como estrategia de verbalización de la objetividad de su época. Si solo a los hombres se los escucha, hablaremos con su género. En verdad, Juana es una atrevida que apela a una determinación trascendental del poder:

“Y con todo llegará un día en que el código de los pueblos garantizará a la mujer los derechos de su libertad y de su inteligencia.” (2011, p. 33) 

En la siguiente cita veremos cómo esa puesta en igualdad genérica, en el discurso, se trasmuta y evidencia las consecuencias al igualarse a los hombres:

“… es que cada uno es lo que es y no lo que debiera ser. Y aun otra verdad: mi condición de mujer ocre la he adquirido de tanto frecuentar a hombres como él.” (2011, p. 20) 
La identidad tan bien merecida de las mujeres del XIX, y tan bien reconstruida por Miguens en la obra, no calla, no anula, no legitima, ni juzga las voces del género masculino. Más bien, logra ponerlas en diálogo para así lograr el recupero de la identidad negada. Muestra a lo largo del discurso epistolar, cómo quisieron convertir a la mujer a su imagen y semejanza. Ellos, seres ocres y apáticos. El personaje de Manso se definirá desde los opuestos. Como se ha mencionado anteriormente, ninguna identidad se gesta sin pasar por el tamiz de la selección y el descarte:
“… mujer (…) un monstruo, un fenómeno, un ser mixto sin nombre (…) ocre, vieja, gorda y fea, así me dicen. Así me ven. Así me piensan (…) el ojo del hombre…” (2011, p. 21) 


































Conclusión

Aún recuerdo esta frase de Manso: “mujer, ser mixto sin nombre”. ¿Quién se atrevería a decir que Juana Paula Manso no tiene nombre propio y muy bien ganado después de la lectura de la obra de Miguens?
La propuesta de trabajo fue pensar en la reconfiguración de la identidad de la mujer intelectual reflexionando sobre su accionar como escritora y/o autora, como pensadora, como aquella que fue parte de una historia que nos pertenece a todas. Creo que la literatura ha cumplido su acometido esta vez. Está en nosotros difundirla, hacer oír la voz de nuestras iguales, de aquellas intelectuales que tienen mucho por decir a pesar de no estar presentes, y que a pesar de las luchas actuales no se las han oído. Me pregunto cuánto nos han negado, cuánto nos han robado… ¿Hasta cuándo? Son sus memorias, sus reconstrucciones fragmentarias las que habilitan el diálogo compartido y el compromiso extendido por la búsqueda de una identidad no reprimida.
La autoría femenina en el siglo XX fue censura, silenciada, exiliada, intervenida por miedo a mostrar un modelo de país poco homogéneo. Las intelectuales dan miedo porque son y serán atrevidas. Juana Paula Manso es tan actual como su espíritu de denuncia en el XIX. 
Este breve trabajo de lectura y reflexión me ha invitado a repensar desde dónde me encuentro posicionada. Al pensarlo, el resultado es desde la multiplicidad, desde ese ser mixto, no por defecto sino por ese espíritu que nos mueve a las mujeres de renovación y evolución permanente. Hoy somos una quién sabe lo que seremos después.    















Bibliografía de obra
MIGUENS, Silvia (2011) ¡Cómo se atreve! Ed. El Ateneo. 1ª ed. – Bs As.

Bibliografía primaria - consultada
AMORÓS, Celia (2006) “Espacio de los iguales, espacio de las idénticas. Sobre poder y principio de individuación”. La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias… para la lucha de las mujeres, Madrid: Ediciones Cátedra. 87-109.

ARFUCH, Leonor et al. (2005) Identidades, sujetos y subjetividades. Buenos Aires: FCE. [En línea. Disponible en http://www.pueg.unam.mx/images/seminarios2014/genero_y_politica/mes_tres/Arfuch-Identidades_sujetos_y_subjetividades.pdf]

BOURDIEU, Pierre (1998) La dominación masculina. Barcelona: Anagrama.

BUTLER, Judith. (2002) Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. Bs. As., Paidós.
                             (2001) El género en disputa, México: Paidós.

DERRIDA, J. (1981) Posiciones. Valencia: Pre-Textos.

HALL, Stuart. (2003) Introducción: ¿Quién necesita la “identidad” ?, en: Stuart, Hall y du Gay, Paul (eds.), Cuestiones de Identidad. Buenos Aires: Amorrortu Editores, pp. 13-39. Disponible en http://www.unc.edu/~restrepo/intro-eeccs/quien%20necesita%20identidad-hall.pdf

LACLAU, E. (1990) Nuevas reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo. Buenos Aires: Nueva Visión.


LAMAS, Marta. La Perspectiva De Género. Revista de Educación y Cultura de la sección 47 del SNTE http://www.latarea.com.mx/articu/articu8/lamas8.htm.  Directora del feminista Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE).

MILLETT, Kate. (1995) Política Sexual. Madrid: Cátedra. Traducción de Ana María Bravo García.

REGUILLO, Rossana. (2000) Identidades culturales y espacio público. Un mapa de los silencios. Revista Diálogos de la comunicación, N.º 59-60, 2000; p.p. 75-86


Bibliografía para la metodología
GARCÍA NEGRONI, María Marta y TORDESILLAS COLADO, Marta. (2001) La enunciación en la lengua. De la Deixis a la Polifonía. Cap. III, Págs. 67-91, Ed. Gredos, Madrid.

TACCA, Oscar (1973) Las voces de la novela. Madrid, Gredos.

Comentarios

Silvia Miguens ha dicho que…
Gracias Bea Martinez!
Norma Beatriz Martínez ha dicho que…
Muchas gracias Silvia Miguens. Una obra increíble, con múltiples miradas. Te felicito.

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